Julia es una niña de 12 años que vive en Miami. Ella disfruta coleccionando cartas de béisbol pero quiere aprender más sobre los jugadores y equipos en español. Su abuelo Juan es de Cuba y solo habla español, por lo que Julia decide empezar a coleccionar cartas en español para poder compartir su pasión con él.
El abuelo Juan lleva viviendo en Estados Unidos desde los años 70 pero nunca perdió el amor por el béisbol cubano y las Grandes Ligas. Cada vez que Julia va a visitarlo los fines de semana, él le cuenta historias emocionantes sobre los mejores jugadores que vio jugar en Cuba antes de emigrar. A Julia le encanta escucharle pero a menudo no entiende todos los nombres y detalles debido a la barrera del idioma.
Un día, Julia le pide a su abuelo que le ayude a encontrar algunas cartas en español para su colección. Juan decide llevarla a la tienda de comics y cartas más cercana en hopes de encontrar algo que les guste a ambos. Al principio solo encuentran cartas recientes de las Grandes Ligas en inglés, pero el dueño de la tienda les sugiere probar en la sección latinoamericana del fondo.
Allí descubren todo un mundo de posibilidades para la colección de Julia. Cartas de las Ligas Mayores Mexicanas con estrellas como Vinicio Castilla y Fernando Valenzuela, colecciones temáticas de los Cangrejeros de Santurce de Puerto Rico, e incluso sobres con cartas individuales de leyendas del béisbol cubano como Omar Linares y Jose Ibar.
Julia se queda boquiabierta al ver la foto de su abuelo favorito, Minnie Miñoso, luciendo el uniforme de los Cangrejeros de Santurce de los años 50. “¡Abuelo, mira, eras tú!” dice señalando la imagen. Juan se ríe y le cuenta orgulloso que sí jugó brevemente con Miñoso en esa época antes de que ambos siguieran carreras en las Grandes Ligas.
A partir de entonces, Julia comienza a nutrir su colección con cartas en español de todo el mundo. Cada vez que visita a su abuelo, él le cuenta historias emocionantes sobre los jugadores que aparecen en sus nuevas adquisiciones. Gracias a esto, Julia está mejorando mucho su vocabulario y conocimientos sobre el béisbol hispano.
Incluso ha aprendido las reglas básicas del béisbol cubano, que difieren ligeramente del estadounidense. También conoce ahora las tradiciones y costumbres de otros países latinoamericanos en torno a este deporte. Poco a poco se va convirtiendo en una experta.
Un día, Julia se sorprende al encontrar una carta rara de Saturnino Orestes Armas, más conocido como Minnie Miñoso, firmada y dedicada a su abuelo Juan. Resulta que Juan jugó brevemente con él en las Ligas Mayores Cubanas antes de mudarse a Santurce. Emocionada, le muestra el hallazgo a su abuelo, quien se pone a llorar al recordar viejos tiempos.
Desde entonces, la colección de Julia se ha convertido en un tesoro familiar que atesoran el abuelo y la nieta. Gracias a las cartas han podido conectar sobre el deporte que más aman y preservar parte de la historia de Juan. Aunque ya no juegue al béisbol profesionalmente, a través de las historias y recuerdos que comparte con Julia, su legado perdurará para siempre.